Nos preocupamos por saber quién va a ser nuestro primer amor. Lo soñamos y lo imaginamos de una sola manera, pero a mí todo me ocurrió de forma distinta.
Año 2003, séptimo grado, niños de doce años jugando y aprendiendo. En medio de todo esto, crecimos él y yo.Cuando lo conocí se presentó con timidez y me dijo: “Hola, me llamo José Giraldo”. Pero lo que yo no sabía es que luego de siete años él se convertiría en el primer amor de mi vida.
Todo partió desde ese momento en que lo conocí, pues en adelante estos niños de trece años, se convirtieron en grandes amigos. Compartieron todo el bachillerato, años en los que su amistad prevaleció. Sonrisas, trabajos, salidas, disgustos, y experiencias les perseguían, aumentando así el cariño el uno por el otro. En fin, todo se fue construyendo con el tiempo.
La virtud más grande que tenía él era ser músico, pues durante el recorrido de nuestra amistad, este elemento fue básicamente la esencia de lo que nos unía; componer canciones para luego cantarlas, ir a conciertos, hacer presentaciones musicales y participar de Intercolegiados etc., puedo decir son recuerdos que nunca se borrarán.
Para aquella época los intereses de la gente cambiaban, en lugar del bolero clásico, se conquistaba con reggaetón apretado.Nuestros amigos constantemente traían a mi mente el recuadro de cómo sería mi relación con un hombre que según ellos “toda su vida” había estado detrás de mí, pero que curioso, yo pensé, que siempre José iba a ser sólo mi mejor amigo. Además, en el Colegio se usaba la palabra novio como si fuese la relación entre dos niños que nunca pasarían de cogerse la mano y gastarse un helado o decirse ¡te quiero! Pero, realmente yo creí siempre que tener novio iba más allá y fue por esta razón que decidí tener a los 18 años luego de haber salido del Colegio mi primer noviazgo.
Cuando al fin llegó ese día que había anhelado con tantas ganas, yo fui quien el 27 de Febrero del 2009 decidió comentarle a José la idea de que intentáramos tener algo maduro y estable, a lo que él contesto con una sonrisa en la boca: “Si, claro”.
Facebook siempre ha sido y será el medio para publicar tu estado civil así que pase de estar soltera a estar en un noviazgo. Ya no éramos amigos, éramos algo más significativo aún dentro de nuestra cultura, así que las cosas cambiaron y entonces hablábamos por teléfono hasta altas horas de la noche, salíamos a cine, él me recogía en la Universidad, celebrábamos cada mes con un pequeño regalo, compartíamos con nuestras familias etc.
Aun siendo adolescentes, nos considerábamos adultos, aquéllas personas que probablemente llevarían la responsabilidad de no jugar con sus sentimientos, ser sinceros para no herirse. Su familia me amaba parecía todo ser color rosa, cada vez que él mencionaba mi nombre todos decían “hasta que por fin la conquisto” o “por fin el niño tan feíto se consiguió una novia”
Antes vivía en un burbuja en la cual me sentía protegida, en donde seguramente no me harían daño, pero cuando me enamore fue donde más vulnerable me sentí. Obviamente no todo en una relación sea de amistad o de noviazgo es perfecto. Así que con el pasar de los años muchas cosas se empezaron a desvanecer, y es ahí en los momentos críticos de una relación donde sabes si las cosas durarán o simplemente tarde o temprano se acabarán, y no de la mejor forma puedo decirlo. Como buena novia que no está segura de lo que pasa, yo, empecé a dudar de él, si me preguntan el por qué, podría contestarles que todo fue un nudo de historias en donde terminaron involucradas otras personas que hicieron que nuestro amor de niños se empezará a destruir, y tuviésemos así que enfrentar la realidad.
Sí. La verdad hasta hace dos años descubrí que era celosa, y no porque quisiera sino que debido a las circunstancias y de que las mujeres no pueden ver a una pareja feliz, mis celos hicieron de las suyas para defender lo que hacía parte de mí en ese momento. Pero la verdad es que por esos perversos celos terminé dudando de él, así que poco a poco deje de creer en lo que sus promesas y palabras me decían, deje que su amor se pagará por mis celos.
Nunca me imaginé que luego de tanto rodeo e incertidumbre, el primer amor de mi vida terminaría siendo mi mejor amigo. Y a pesar de que nuestro noviazgo fue corto, me quedo claro queamar no es fácil.
Con un: “July la verdad es que…ya no pisas tan fuerte” me dijo adiós el pasado 03 de Diciembre del 2010. Para mí fue el estocado final. El vino que reboso la copa. La renuncia total por parte de José Giraldo a seguir luchando por lo que yo creí iba a durar para toda la vida.
Casi nunca te cuentan la otra parte de una relación, pero yo la descubrí con esta experiencia, y me di cuenta que el amor duele, te puede hacer llorar hasta no poder más, te puede hacer recordar hasta el más mínimo detalle de esa persona que amaste: un aroma, un lugar, una canción, mejor dicho todo.
Creí nunca haber estado enamorada de él pero al final concluí que tantos años a su lado eran el resultado de haberme acostumbrado a su distinta forma de amar. Aunque hoy lo extrañe, y quiera muchas veces retroceder en el tiempo, para enmendar así los errores que nos separaron, ya no hay vuelta de hoja, hay que abrir capítulos nuevos en nuestras vidas, y seguramente creo que él ya no hará parte ni de mis sueños, ni de mis proyectos, en fin, no todos tenemos la suerte de estar con la persona que queremos en nuestro presente, pero aun así debemos de estar agradecidos por haberlo intentado.
